JENNIFER
Para introducir este blog, nada mejor como contaros mis experiencias sobre la salud en toda la etapa de educación infantil. La verdad es que no tengo muchos recuerdos, pero algunos los tengo muy presentes.
Para introducir este blog, nada mejor como contaros mis experiencias sobre la salud en toda la etapa de educación infantil. La verdad es que no tengo muchos recuerdos, pero algunos los tengo muy presentes.
Sé que durante todo el primer ciclo de
infantil estaba muy presente la salud y sobre todo la higiene, por las mañanas
cuando llegábamos a clase teníamos que quitarnos la ropa y ponernos el mandilón,
seguidamente nos sentábamos cada uno en su mesa y por orden de lista íbamos al
baño a lavarnos las manos. Eso mismo lo repetíamos después de venir del recreo
y antes de irnos a casa todas las mañanas.
Más adelante, no sé si en el segundo o tercer
ciclo, teníamos revisiones con el dentista, que venía a nuestra clase y nos
hacia un especie de revisión para ver como teníamos la boca. Unos días después
de esta revisión antes de irnos a
casa la profesora nos ponía en lista y de uno en uno cogíamos un vasito
de flúor en la caja, íbamos al baño y teníamos que aguantarlo en la boca más o
menos un minuto y luego echarlo por el lavadero. En cuanto a mi experiencia he
de decir que a casi ninguno les gustaba el sabor, y la mayoría no era capaz de
aguantar ese minuto recomendado.
También recuerdo, una conferencia de dos médicos
que vinieron a dar una charla a nuestra clase para concienciarnos de que la
bollería industrial, las chucherías y todo eso no era bueno para nosotros. Nos
mandaron hacer una lista donde teníamos que poner cuanta verdura comíamos a la
semana, cuanta carne, cuanto pescado, cuanta fruta y cuantas chucherías y
bollería industrial y cuando luego la leímos en alto eran muy pocos los que
tenían una dieta un poco equilibrada.
También algo muy presente que tengo es que los
días que teníamos gimnasia teníamos que llevar una mochilita aparte con el
chándal, los tenis… Así antes de bajar al gimnasio nos poníamos el chándal y
guardábamos la otra ropa en la mochila para después ducharnos y ponérnosla.
Contando mí experiencia en primera persona, yo
me quedaba al comedor dos días a la semana y recuerdo que llevaba a casa una
lista con el menú que iba haber durante toda la semana para que nuestros padres
tuvieran idea de la comida que nos daban. Era siempre un menú bastante
equilibrado y sano y recuerdo que muy rico.
Todas estas costumbres se siguen realizando en
los siguientes cursos y con más consciencia, pero también se deben continuar en
las casas, para que tengamos una buena educación de la salud y de la higiene.
Para concluir con estas experiencias,decir que
como futura docente espero poder llevar a cabo todas estas actividades que yo
realice en su día, así como concienciar ya desde pequeños la importancia de una
buena salud e higiene para nuestro día a día tanto a los más pequeños como a
los padres y familia.
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